Luján, el arte de guiar

En los deportes existen entrenadores de todos los tipos: los que gritan, los que esperan que la cámara los enfoque para dar una orden, los que gesticulan, los que hablan todo el partido y, también, los que trabajan.

Eduardo Luján, el técnico de la Selección Argentina en las categorías infantiles, juveniles y Sub23, que ganó el Campeonato Panamericano Sub23 de Bochas en Brasil está entre los del último grupo. Es un referente, por historia y enseñanza, que no necesita del show para lograr objetivos (que no necesariamente tengan que ser salir campeón siempre).

En Brasil demostró tener espalda para liderar a un grupo que corría con la presión de ser uno de los candidatos y que jugó con un público fervoroso en contra. Por eso hizo cambios que dieron resultados en momentos de tensión y confío en las capacidades de sus dirigidos cuando todo era cara o cruz.

Luján guió a los jóvenes argentinos todo el tiempo. Se los vio unidos a la ida y a la vuelta, en el almuerzo y en la cena, y en el festejo y en la derrota. Habló en los momentos indicados, dentro y fuera de la cancha. Y se rió y se emocionó con sus dirigidos.

La frase “¿qué te gusta hacer?” que le dijo al jugador Alan Natalí cuando el equipo de Pareja estaba cerca de dar vuelta un partido histórico ante Uruguay demostró la creencia en el equipo, en su trabajo.

Logrado el campeonato aseguró: “si hubiese escrito cómo ganar una final soñada seguro salía mal, esto superó todo”. Y la forma en la que se obtuvo el título es realmente de un cuento que podría haber sido narrado por Fontanarrosa o Galeano. Pero no, esta obra la escribió Eduardo Luján, sin errores y con cinco héroes.